Las técnicas de la terapia cognitivo-conductual son un acercamiento útil y eficaz para el manejo de una gran variedad de trastornos emocionales como la depresión, los trastornos de ansiedad, la hipocondría, los trastornos adaptativos y para una variedad extensa de síntomas emocionales no clasificados (estrés, ira, frustración). De la misma forma, influye positivamente en el tratamiento de trastornos físicos como la diabetes, la epilepsia, el dolor crónico, el síndrome del intestino irritable y el insomnio.

La terapia cognitivo-conductual parte del modelo teórico del aprendizaje, basado en los principios del condicionamiento clásico, operante y el aprendizaje vicario. La modificación de conducta fue un término acuñado por Skinner, Solomon y Lindsley en 1950. A ello se suma que a finales de 1970 comienza un proceso de integración con otros procedimientos de fuerte énfasis en lo cognitivo, fortaleciéndose la terapia cognitiva, siendo dos de sus precursores Aaron T. Beck y Albert Ellis.

A través de los métodos derivados de este enfoque se tratan muy diversos problemas mentales desde un punto de vista validado por la ciencia y centrado en la problemática actual, trabajando a partir de los síntomas presentes para obtener una mejoría en la calidad de vida del paciente y un alivio de su malestar.

Dentro del paradigma cognitivo-conductual son múltiples los tratamientos, terapias y técnicas que pueden utilizarse de cara a producir una mejoría al paciente.

Técnicas Cognitivo – Conductuales